De la “Peligrosa” Toma de Rectoría al rezago educativo en México ¿Cuál es la prioridad?

Aunque me opongo a la violencia hoy me pregunto ¿Por qué muchos se oponen rotundamente a los estudiantes que tomaron la Rectoría en la UNAM -y se rasgan las vestiduras- pero nadie hace coraje por el rezago educativo en el que está sumido México? Porque al final ese el tema, ¿no? No han faltado los diputados y senadores que se dicen representantes de “uno” y han pedido ya la vigorosa aplicación de la ley ante tamaños disturbios nunca antes vistos en este país (¿?) . Pero es claro que para unos afectan más unos vidrios rotos en la capital que un niño que se enrola en el narco en parte gracias a no haber recibido nunca una educación pública gratuita y de calidad en la montañas de Guerrero (como es la responsabilidad del Estado). Nadie se pone a pensar que detrás de esos vidrios rotos por unas u otras inconformidades no hay nadie más, más que nosotros, el Estado.  La Universidad Nacional Autónoma de México recibe  más del 80 % de su presupuesto de parte de la Federación  ¿Y adivinen de quien es empleada la federación? Así es, -según la constitución- la soberanía reside en nosotros, el pueblo.

Pero no, la clase político-mediática “mexicana” ante este tipo de reclamos no se inmuta, no le interesa. Nada le interesa  que hoy México sufre por su inconsciencia, o peor aún, por su bajeza. ¿Cómo es posible que en un país como el nuestro se criminalice, se condene y se reprima la protesta social al ritmo del aplauso de los medios? ¿Cómo es posible que permitamos que nos señalen quienes son los violentos aquellos que manipulan los hechos para convertirlos en dinero? Cómo podemos creer que el gobierno tiene legitimidad si no puede negociar como se debe ni siquiera una reforma en educación. ¿Cuál fue, o cual es la gestión?

Desde  las cuentas de Twitter de los señores del legislativo salen condenas contra los maestros rebeldes de guerrero mientras les importa poco o nada que en Guerrero el 64 % de la población de 15 años en adelante sufre de rezago educativo (según datos del INEGI, 2000). Poco o nada les importa las condiciones en que ellos laboran, poco o nada les importa la inexistente o deficiente infraestructura de las escuelas, poco o nada atendieron la situación de un estado que se aleja mucho de ser el Distrito federal. Es el mismo centralismo a la hora de la toma de decisiones que ha caracterizado al PRI desde siempre. Porque uno duda aveces seriamente que los diputados estén  enterados de que en Mexico 40% de los mexicanos sufre de rezago educativo. No conforme con eso no se ha planteado ninguna política seria entorno a quienes en ese rango de edad no saben ni leer, ni escribir, que para 2010 eran el 6.9 % según el INEGI

Ahora la dosis es la misma, con la calcada consigna de generar odio entre los mismos estudiantes, entre los mismos ciudadanos, se ha vapuleado de todas las formas posibles mediáticamente a quienes tomaron la oficina principal de la máxima casa de Estudios de este país. Coincido en que está mal que los hijos le peguen a la señora sociedad pero ¿quién es consciente de cuando la gente sufre por el abandono y abdicación  del Estado?  Sencillamente no creo que unos estudiantes que rompen unos vidrios en SU universidad  deban de ser catalogados de criminales y denigrados de la forma en la que se ha hecho. La realidad es que todo este ruido alrededor de la violencia ha sido amplificado para acallar las demandas de fondo. Ya sea de los estudiantes que tomaron rectoría o ya sea la de los maestros.

Es increíble como falta altura de miras, según el informe de “Desigualdad en América Latina y el Caribe“publicado por Banco Mundial en 2003 México de una generación a otra perdió un grado en el promedio de escolaridad. Esto es, paso de tener 9 años de escolaridad promedio en la generación que (ese momento)  tenía entre 51 y 60 años a 8 años para la generación que tenía entre 31 y 40 años. Ahora, prácticamente se antoja imposible decir que de 2003 a la fecha este tópico pueda presentar mejorías en sus cifras si consideramos los datos más actuales que han  sido presentados por el INEGI que si bien no desglosan este tipo de análisis si deben de mantener cierta correlación. Lo que nos lleva a pensar que lejos de presentar una tendencia positiva en esta materia, existirá una a la inversa de lo deseado. ¿Pero qué ha pasado en este sentido? ¿Que se ha hecho? Qué no nos salgan con que por eso ahora viene la reforma educativa, porque esta no está hecha a la medida de las demandas del pueblo, a la medida de la constitución, no está hecha con el debido respeto a la soberanía de los estados.  Está hecha a la medida de la OCDE con ideas que  provienen de la misma corriente de pensamiento que ha metido a este país a la crisis perpetua los últimos 30 años. Mismas ideas que le son ajenas y foráneas al niño purépecha.

Mexicanos no caigamos en la trampa, no caigamos en el juego de quienes hoy se les cae su supuesto pacto. Mexicanos despertemos, no condenemos al oprimido cuando la clase política es la que conspira a la espalda del pueblo. Si no pregúntenle al Gobernador Duarte, y a la secretaría de Desarrollo social Rosario Robles, con el caso Veracruz. No nos engañemos el desarrollo se compone de la integración de las distintas formas de pensar, no en la imposición de un modelo único.  No nos confundamos, el futuro mejor para todos está en la reflexión y el rencuentro, no en la promoción del odio y del miedo. Quitémosles la máscara y dejémosles  el miedo a ellos.

@JuanYvesPalomar

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¿Quién es “el soberano” en México?

El concepto de soberanía está profundamente ligado al poder político ¿Qué quiere decir esto? La soberanía intenta ser una racionalización jurídica del poder ya que esta tiene la facultad y las atribuciones para convertir la fuerza en poder legitimo y por lo tanto el poder de hecho en poder de derecho. Es pues el elemento que indica el poder de mando dentro de una sociedad política. La soberanía puede configurarse de manera diversa dependiendo de la situación y el momento histórico. El uso actual empleado para la palabra soberanía  se consolida a partir del siglo XVI ,a la caída del sistema feudalista y con la irrupción de los Estados modernos.

La soberanía supuestamente se garantiza por el orden jurídico creado por cada estado. En la teoría bajo la tutela de este orden jurídico queda establecido el rol de los actores dentro de la sociedad. Esto significa que se establece de manera formal e institucional. En México el artículo 39 constitucional reza: “La soberanía nacional reside esencial y originalmente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”   Es la constitución entonces el orden jurídico de México.

Para el pensador francés Jean Bodin la soberanía es el poder de hacer y abolir las leyes. El soberano tiene la función política de mediar entre los individuos y el Estado. -Según  el profesor Víctor Flores Olea la soberanía es el poder más alto dentro del Estado. Para el instituto de Investigaciones Jurídicas, soberanía es aquella unidad decisoria que no está subordinada a ninguna otra unidad decisoria universal y eficaz.

Después de reflexionar estas definiciones y tratar de entenderlas en toda su magnitud yo me pregunto ¿Quien tiene esas facultades en México? ¿El pueblo o la telebancada? ¿El pueblo o el pacto por “México”? ¿El pueblo o Televisa? Primero que nada para tratar de responder estas preguntas hay que hablar del contexto que vive el país.

México hoy es una “democracia electoral”  que en esta administración  tiene como primera piedra un vicio de origen enorme como es el de un proceso electoral plagado de irregularidades desde donde se le quiera ver, con las disputas por las diputaciones, los munícipes, los estados o hasta lo más flagrante y evidente que fue la disputa por la plaza del ejecutivo federal. Con acusaciones de fraude de por medio y con una temporada de protestas que vivieron su momento cumbre el 1 de diciembre. Hoy vemos como el arreglo cupular mal denominado como “pacto por México” ha llegado a tener tal poder de subordinación y hegemonía que secuestra la acción legislativa y la saca fuera de la cámara de diputados, anula el debate con quien no está de acuerdo y llega a tal punto que podría parecer que se torna difusa la separación de poderes entre el legislativo y ejecutivo.

El problema es que las personas dentro del sistema mexicano están acostumbradas a operar en la informalidad. Paradójicamente los funcionarios públicos pertenecientes a las instituciones formales son los que más uso le dan a las instituciones informales como lo es la corrupción, característica que no deja de aquejar a nuestra sociedad. Es así como se ha llegado a impulsar candidaturas a través de la colusión con los medios privados con discursos demagogos con la sola intención de ocultar y justificar las acciones que se hacen  por el  solo mezquino y único interés de pocos, muy pocos.

J-J Rousseau decía «La voluntad general es siempre recta, pero el juicio que la guía no es siempre claro.» ¿Sera que este es el caso del régimen mexicano? O ¿Sera que lo que pasa en México se salió de la brújula del pensador francés y paso a ser un Estado simulado y legitimado a través de los medios de comunicación? Recientemente una encuesta de Grupo Reforma revelo que el titular del ejecutivo federal posee hoy menos popularidad entre la población que, Zedillo y Calderón, ya ni hablar de los niveles de Fox. Lo curioso de esta encuesta no es lo grave de la poca aceptación que recibe el presidente por parte de la población si no la desproporcionada diferencia que existe entre la opinión de la población y lo que Grupo Reforma denomina como “líderes de opinión”. El 50 % de las personas rechazan al presidente, mientras que el 78% de los “líderes de opinión” lo respaldan. ¿Cómo es eso posible? ¿Acaso nos quitamos la venda y nadie le cree ya a los medios vendidos?  Al contrario. Los líderes de opinión a lo que se dedican es a generar ciertas impresiones a las audiencias. Si vemos que tal es la disparidad entre lo que piensa la audiencia y lo que dicen los líderes de opinión entonces es notoria la intención de los medios por querer revertir la opinión negativa que existe del presidente de la republica entre la población. ¿Cuántos incautos habrán caído ya en la campaña oficialista disfrazada?

Entonces ¿quien posee “el poder más alto” dentro de México? ¿Las instituciones formales o las informales? ¿La constitución o los poderes “facticos”? ¿El congreso de la Unión o los oligarcas? ¿Los representantes del pueblo o los líderes del pacto por México? ¿Quién es el gran elector, Televisa o el pueblo? ¿Quién posee el monopolio de la violencia, los carteles, las “auto-defensas” o la federación?

Es tiempo de que despertemos porque con esta reforma de telecomunicaciones no se democratizaran los medios, ni con esta forma de gobierno se generara un cambio de rumbo. El tema del que se habla esta enquistado en lo más profundo del sistema político y social mexicano. Hoy en día hay gente que se toma a broma la frase de “No sé si Televisa es una concesión del Estado o el Estado es una Concesión de Televisa”. Hay quien se la toma más enserio.  El derecho al acceso a la información es un tema del cual no se ha hecho conciencia bien aun dentro de las poblaciones mexicanas. Cuesta creer que esta reforma de telecomunicaciones pretenda acabar con el rezago informativo y la desigualdad digital que existe entre la población ignorando las demandas de las radios comunitarias y los pueblos indígenas.

El punto clave a señalar y preguntar es ¿Cómo los mexicanos podemos recuperar la soberanía nacional que formalmente nos otorga el 39 constitucional cuando la acción colectiva depende vitalmente de la información disponible para materializarse?

Es tiempo de que reflexionemos sobre el funcionamiento de la toma de decisiones que nos afectan a todos y cada uno como sociedad mexicana, porque una y otra vez el sistema nos demuestra que cada día va quedando mas obsoleto con una clase política alejada de sus “representados” a los cuales teme y reprime Es preciso cambiar la situación del país, es preciso unirse y deliberar, reconocernos. Tomar la calle, la ciudad. Pintar el barrio, reparar la acera. No taparnos los ojos frente a la guerra. Hagamos de nuestro país del lugar que queremos para que nuestros hijos puedan crecer felizmente. Recuperemos la política para la gente.

@JuanYvesPalomar

EPN-televisa