Hace unos días la Red Ciudad Posible convocó a una caminata por la inhóspita Avenida Lopez Mateos Sur con el objetivo de visibilizar los peligros y dificultades que todos los peatones tienen que sortear para recorrer este camino cada día. Esta acción llega en el contexto del debate público que se ha generado a causa de la ocurrencia del gobernador Enrique Alfaro de sugerir la construcción de un segundo piso. Polémica proposición que ha encontrado una muy importante resistencia por parte de vecinos de este corredor quienes han cuestionado esta posible obra pública.
Es importante mencionar que, aunque muchas personas lo olvidan, la mayoría de los viajes o desplazamientos en la ciudad de Guadalajara se realizan caminando. Esto quiere decir que los peatones deben ser prioridad en cualquier contexto urbano, esto implica todo tipo de peatones: personas de la tercera edad que utilicen bastón, mujeres embarazadas, personas en silla de ruedas o personas en muletas. Por lo mismo no es cuestión menor reflexionar sobre cómo se organiza el espacio público en una de las avenidas que ha recibido más inversión pública en toda la historia de la ciudad.
Hay quien menospreciando este tipo de convocatorias ciudadanas, tilda este tipo de resistencias sociales como grupos de personas que bajo su perspectiva se oponen “al progreso y la modernización” que implicaría la llegada de más carriles para automóviles cuando en realidad el llamado a la organización viene desde una sensibilidad que entiende que una obra como un segundo piso no respondería a la necesidad masiva de las mayorías sociales, que lo que necesitan es poder acceder a un sistema de transporte público digno que les permita realizar el trayecto sobre esta avenida de su casa al trabajo y de regreso en un tiempo de traslado razonable.
Como si fuera una broma del destino, quienes antes se opusieron a la vía express montando acampadas y resistiendo con campamentos a la construcción de un puente atirantado de millones de dólares, hoy ocupan cargos públicos con la suficiente capacidad de influencia como para detener la sin razón que implicaría apostarle a un segundo piso en beneficio del transporte privado en un contexto urbano desigual como el de Lopez Mateos Sur. Aquellas batallas de entonces, unas perdidas y otras ganadas, son en cierta medida las directrices del debate de hoy sobre nuestra ciudad. ¿Dejarán ellos como funcionarios públicos y nosotros como tapatíos que el sueño de otra Guadalajara quede a la deriva frente al frenesí de la Highway al estilo Houston?
Ante las interrogantes que se ciñen en este tema, el Gobierno de Jalisco ha realizado encuestas a traves de internet y otros medios para saber las opiniones de distintas personas, los más escépticos señalan que esta actividad solo se trata de un señuelo para posteriormente validar una decisión que pasa más por el terreno de la negociación entre el gobierno federal y el Gobierno de Jalisco que por el del diálogo ciudadano y el consenso vecinal sobre qué obra es la indicada para mejorar la movilidad en Lopez Mateos Sur. ¿El resultado y la decisión sobre qué hacer en esta zona será entonces producto de un nuevo pacto entre Movimiento Ciudadano y Morena? De ser el caso se estaría ignorando las observaciones y recomendaciones de una gran variedad de académicos especialistas en movilidad y urbanismo de instituciones públicas y privadas. No solo sería dejar de lado a la comunidad universitaria de la ciudad, también sería menospreciar a decenas de colectivos y organizaciones sociales que han luchado por una Guadalajara caminable, pedaleable, verde y sobre todo más humana.
Por eso hoy frente a la vorágine de los embotellamientos es importante recordar y tomar en cuenta lo escrito en Caminar (1861) por el escritor y filósofo Henry David Thoreau: “Un pueblo no solo se salva por los esfuerzos de los hombres dignos sino por los bosques que lo rodean. Un poblado donde el antiguo Bosque ondea en el viento no solo verá crecer mazorcas y papas, sino también poetas y filósofos para épocas venideras”.
Salvemos entonces el Bosque de la Primavera, apostemos por un camino equilibrado en el desarrollo urbano a traves del transporte público masivo en el sur (Lopez Mateos) y en avenida Vallarta (Carretera a Nogales) también. Invertir presupuesto en ensanchar banquetas, peatonalizar calles y construir más líneas de tren ligero o BRT significa dejar un legado de mesura y buena planificación para la metrópoli. Por el contrario, gastar dinero público en un segundo piso con el único propósito de consolidar inversiones privadas en la zona lejos de una solución solo sería un gran timo para las personas. He aquí el dilema a resolver en las siguientes semanas: ¿Ganará el bien común de los tapatíos o seguirán prevaleciendo los pactos en lo oscurito y los negocios de unos cuantos?