Recuperar los ríos es recuperar la memoria.

 

En los terrenos que nos ocupan, sólo hay conocimiento a modo de relámpago.       El texto es el largo trueno que después retumba. (N 1,1) 

  • Walter Benjamin, El libro de los Pasajes. Pg 549

Una visión:

Siglo XV, el valle de Atemajac y sus cuencas, a vuelo de pájaro desde el Bosque de la Primavera,  suspendido sobre el Ixtepete un Cuclillo ciñendo el pico hacia la barranca de Huentitan, presencia como desde el Norte, llega la tropa española a todo galope, esperando que una vez librada la barranca, las huestes de Tenamaxtle ya no continúen con el asedio y la persecución que les envuelve. Mientras avanzan por una de las barracas del Río Santiago, una mala nueva envuelve a los enviados de la Corona: el conquistador Pedro de Alvarado ha muerto en Tlacotán. 

Doce años antes, desde lo alto del cerro de la Cihuatzin, Tzuapilli Tzapotzino observaba un colibrí  mientras disfrutaba del paisaje que desde el este y desde lo alto se puede observar del Valle. Primero el Río San Juan corriendo de sur a norte desde el Cerro del Cuatro, después el arroyo seco, escurriendo desde el bosque, y al fondo el atemaxac desde la ladera norte hasta la barranca. Al día siguiente, el ejército español entraría al Valle por el Sur desde La Barca a través de Atequiza. 

¿Qué fue lo que se vivió en el antiguo Tlatonazgo liderado por una poderosa reina? ¿Cuál fue el trato que ella tuvo con los enviados de La Corona?  ¿Qué es lo que sucedió con la familia real de la ciudad de Tonallan? ¿Por que una parte de ella murió en el cerro de la reina? ¿Qué queda hoy 500 años después de aquel valle y las personas que lo habitan? 

Lo cierto es que el flanco de la barranca siempre ha sido protegido por guardianes del México profundo. Los petroglifos encontrados en diversos puntos indican que ha existido presencia humana desde tiempos ancestrales dibujada a través de miles de años en las paredes del cañón. No es para nada exagerado pensar que los ríos eran la principal vía de comunicación de los antiguos y la presencia de estos símbolos sobre las piedras así lo prueban.

Hay quien piensa que la historia del valle de Atemajac inició con la llegada de los peninsulares, pero nada es más alejado de la realidad. La presencia histórica de pueblos como Tetlan, Coyula, Tlaxicolzingo, Mezquitan, Atemajac, Tlaxomulco, y la misma Tonallan entre otros, desde al menos el siglo X demuestran todo lo contrario. ¿Qué fue lo que orillo a que la poderosa reina que derroto al Imperio Purépecha en la guerra del Salitre firmara la paz? Las crónicas castellanas no dan nota despues del destino de la Cihuatzin y su descendencia. 

Del lado peninsular se sabe que Doña Beatriz Hernández fue quien dio la voz para asentarse en el valle después de que los principales fracasaran con tres anteriores ubicaciones. Mientras tanto la reina de Tonallan optó por la paz a pesar de la rebelión de dos caciques del valle. De esta manera, contrario a la tradición de muchas ciudades,  nuestra tierra es depositaria de una herencia de reinas y fundadoras. Por intuición y destino, en el valle donde las aguas corren de Sur a Norte desde el cerro del Cuatro, las mujeres han decidido los caminos de los pueblos que nacieron de los ríos y de la ciudad que nació de esos pueblos: Guadalajara.

Casi cinco siglos y 20 generaciones después dos hermanos bajan la misma barranca en el entronque que une al río Verde y el río Santiago, panorama que vio llegar a la avanzada de La Corona, al llegar al fondo de la barranca aparece el ya tristemente célebre olor a desechos industriales. Hoy, es ya 2020 y en Guadalajara cada año se reportan cada vez más inundaciones, granizadas , heladas y accidentes. Ni que decir de los miles de litros que se pierden en las calles de la ciudad y que no tienen ningun uso mas que ir a parar al drenaje para luego perderse contaminados por el lecho del Río Santiago. 

Es necesario recuperar el valle, pero también la montaña, así como la barranca y las lagunas. ¿Cómo? Imaginemos el panorama como era hace siglos. Que los ríos vuelvan a correr sobre sus cauces, para que los manantiales puedan respirar, que las empresas paguen por sus ofensas documentadas hacia la sociedad y que los políticos corruptos que dejaron que existiera contaminación  e inundaciones mortales en la zona metropolitana de Guadalajara rindan cuentas ante la justicia. Recuperar Atemaxac y San Juan de Dios es recuperar Guadalajara.

@JuanYvesPalomar

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