¿Cómo será Guadalajara en 200 años?

¿Se imaginan? Yo si, la Minerva convertida de una glorieta flanqueada por automóviles y espectaculares a una gran fuente como centro de un parque que corona el Paseo peatonal Ignacio Luis Vallarta, el Hospicio Cabañas con su grandeza de siglos que le legò el espléndido trazo de Manuel Tolsa imprimiendole su impronta al remate de la plaza tapatía, el Paseo Alcalde conectado de Norte a Sur la ciudad con una gran y frondosa arboleda. Para entonces la ciudad estaría por cumplir poco menos de 700 años, o al menos en la cuenta de Nuño de Guzman. 

Es de aplaudir que en recientes re lecturas de la historia de la ciudad poco a poco se reconozca la importancia de Tonalá para el establecimiento final de Guadalajara como la conocemos el día de hoy. Sin embargo, sorprende también que al hacer esto se busque negar la complejidad geopolítica del pacto de paz entre Cihualpilli Tzapotzinco y los enviados de la Corona Española, las dificultades y los enfrentamientos que existieron y la rebelión de algunos caciques del valle previo al sofocamiento de dicho levantamiento en el cerro de la reina.

¿Por qué hablar del pasado para hablar del futuro? se preguntarán. Sencillo, para saber a donde vamos hay que saber de dónde venimos. Y al respecto  ¿Alguien sabe que fue en la historiografía de la Nueva España del registro de Juana Bautista Danza y su familia, entre ellos su hijo Santiago Vázquez Palacio? Juana Bautista Danza es el nombre castellano de la Reina de Tonalá (Tonallan). ¿Alguien en la tropa de Nuño Guzman preguntó a alguna comitiva de los indígenas tecuexes desde cuando se fundó el señorío? o incluso alguien se ha cuestionado ¿Por qué celebramos una fundación castellana y no un pacto de paz que tuvo como resultado lo que conocemos hoy como mestizaje en una amplia parte del occidente? ¿Por qué no hablamos de la fundación de Tonalá como la verdadera fundación de la ciudad? 

Plaza de la Liberación, Guadalajara, Jalisco. Foto: Roman Lopez.

Las anteriores son preguntas sin respuestas únicas, como la realidad que no se compone tan sólo de una visión, sino de un caleidoscopio amplio de miradas. Así como leer y entender nuestra historia es una responsabilidad ética con el presente, es también una indagación que se debe de hacer de forma crítica y autocrítica. ¿Por qué en la Guadalajara hospitalaria y heredera de Fray Antonio Alcalde sigue existiendo la discriminacion y el discurso de odio hacia quien no tiene un techo? ¿Por qué en una ciudad que dice abrirle los brazos a los niños al mismo tiempo es la capital del estado de la república en donde más desaparecen los jóvenes? ¿Por qué en un Jalisco plurinacional tenemos que seguir repitiendo siempre que solo somos mariachi, tequila y charrería? Que también, pero es que no solamente. 

En Jalisco viven pueblos originarios como el pueblo Coca de Mezcala, el pueblo Wixarika y el pueblo Tepahuano de la Sierra Norte, miles de personas de origen nahua en distintas zonas y miles de otras personas de otras culturas originarias. Estos pueblos están presentes el día de hoy en Guadalajara, pese a la invisibilización en la que insisten ciertos sectores de la sociedad y del gobierno.  Así como la historia de la reina de Tonallan, existen importantes narraciones populares sobre Tenamaxtle, legendario líder de los caxcanes en el cañón del Río Santiago y en la barranca del Río Verde. ¿Qué decir de todo lo que aún no sabemos de la tradición Teuchitlán fundadora de la Zona Arqueológica que hoy en día se conoce como la ciudadela de Guachimontones?  

Guadalajara es muchas guadalajaras al mismo tiempo, Jalisco es parte del México profundo vivo y vigente que todavía algunos despistados se niegan a ver y que se pierden de vivir. Por un momento algo pasa, al parecer me quedo dormido… despierto y estoy en el futuro, es el año de 2223; por fin ya terminamos nuestro dichoso tren eléctrico, no solo la línea 2 completa, también la 3, la 4, la 5 y hasta la 12. Al parecer llevamos ya un siglo y medio con los ríos San Juan y Atemajac recuperados, al igual que los acuíferos del valle que antes estaban abatidos.  Hay decenas de nuevos parques, la ciudad se ve más verde, miles de arboles grandes, hay mucha más sombra, la temperatura es agradable. ¿Será posible?

De repente me quedo dormido y súbitamente vuelvo a 2023… estoy desorientado mientras pienso en la ciudad a vuelo de pájaro desde el aire, veo la urbanización desde el bajío hasta la barranca. Cierro los ojos y de repente imagino o veo el valle desde el cerro de la Reina en 1519 antes de la llegada de la Corona Española, con el Río San Juan en su confluencia con el Río Atemajac. Las palabras constituyen realidades y me surge la pregunta: ¿Cómo se llamaba el Río San Juan antes de que llegara el español al Valle de Atemajac? Un misterio más a la lista y los que faltan… 

Posdata; Existen registros de diversas fuentes sobre la Guerra del Salitre acaecida a inicios del siglo XVI en donde se enfrentaron Tonallan y pueblos purépechas, antes de la llegada de La Corona. La preexistencia de Tonalá en el valle de Atemajac no es una cuestión que está a debate, es un dato histórico comprobado y que ha sido ignorado por decenas de cronistas e historiadores.

@JuanYvesPalomar 

¿Protestar, desaparecer o el exilio? 

Ser joven en Jalisco (y en México) hoy en día es sinónimo de estar en peligro de muerte todos los días. Durante el último sexenio de Alfaro las desapariciones de jóvenes han aumentado de manera dramática. Desde el caso de los estudiantes de cine del CAAV, todavía durante el ultimo gobierno del PRI, la situación no ha hecho mas que empeorar durante el gobierno de MC, con acontecimientos como el asesinato extrajudicial de Giovanni López en Ixtlahuacán de los Membrillos, la represión de estudiantes el 4, 5 y 6 de Junio de 2020 hasta llegar hace unos días al caso de los jóvenes del call center de Zapopan y la descalificación a las manifestaciones que exigían su busqueda. 

A la par de los jóvenes de Zapopan, se sumó el caso de Sandra Analí Ramirez de la colonia de Jocotán y ante el impacto y escándalo que ha significado en medios la crisis durante los últimos días, ha vuelto a resurgir entre algunos sectores de la sociedad la solidaridad hacia las familias, las víctimas y sus amigos, todo esto frente a la peor ola de violencia y desapariciones que se tenga registro en la historia de Jalisco. 

Hoy Jalisco es el estado más violento de México, eso nadie que le importe el rigor y la seriedad de los hechos lo pone en duda. La noticia del hallazgo de restos humanos con características propias de los jóvenes de Zapopan en una zona de la barranca dejó helados a todos los habitantes de Guadalajara. Hoy 19 de junio de 2023 que se redacto estas líneas, el periodico Mural titula en una de sus notas «Desaparecen personas luego de que recibieron oferta de empleo” y apunta que por lo regular son jóvenes en búsqueda de trabajo las víctimas de este tipo de desapariciones. 

¿Qué promesa de país y que promesa de Jalisco le podemos hacer a los jóvenes que crecen hoy en nuestra tierra si al llegar a la mayoría de edad el salir a buscar trabajo les puede significar acabar en trabajos forzados o peor en una fosa? ¿Qué expectativas de participación política de la juventud hay en un estado en donde se amenaza de muerte a líderes opositores, a académicos y académicas, y se acosa judicialmente a los principales liderazgos estudiantiles? ¿De qué forma podemos conjurar el fantasma del autoritarismo si vemos cómo el gobierno monta un perímetro con antimotines para cercar a vecinos pacíficos afuera de sus propias casas solo por defender el parque San Rafael? 

Al mismo tiempo que ocurrían las protestas en el parque San Rafael y las protestas por las desapariciones en Zapopan, una centena de estudiantes de la Universidad de Guadalajara declaró el paro en Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la normal (CUCSH) pronunciandose en contra de la mudanza del centro de estudios a la periferia de la ciudad bajo la consigna del movimiento #CUCSHNoSeMueve. En palabras de los estudiantes inconformes “hemos resistido amenazas, resistido amedrentamientos, resistido criminalización (…) y resistido a la impunidad” esto después de 22 días de toma de los edificios mientras denuncian cómo las autoridades universitarios les exigen no cubrirse la cara como condición previa al diálogo llamándolos “encapuchados”, esto después de que grupos porriles les hostigaron y amenazaron con un desalojo violento. 

¿No sería mejor idea cuestionarse cómo llegamos al punto de que los jóvenes tengan que tapar su cara para sentirse más seguros a la hora de reivindicar sus derechos estudiantiles y políticos en lugar de tratar de desprestigiar su causa? Una primera pista que explica la preocupación por cuidar su identidad, como ellos lo señalan, es la herencia de represión política que existe históricamente al interior de la Universidad de Guadalajara y la segunda evidentemente es la peor ola de violencia de la historia que estamos viviendo actualmente en Jalisco que impacta principalmente a los jóvenes. ¿Tan difícil es comprenderlo? 

Las cosas no mejoran cuando pensamos por lo que sucede en el contexto rural ya que Jalisco ocupa el 4to lugar nacional en ataques a defensores ambientales. La comunidad Wirrarika de San Andres Cohamiata aun lamenta los arteros asesinatos del joven de 17 años, Estanislao González Carrillo y de su abuelo Rosendo González Torres quien era marakame de la comunidad del municipio de Mezquitic en la zona de la Sierra Norte de Jalisco. Periodistas, académicos y hasta importantes jerarcas religiosos han denunciado lo peligroso que puede ser el simple hecho de realizar un viaje de las montañas a la ciudad o viceversa. 

Así mientras escribo alterno la revisión de mis notas con una conversación con un defensor de derechos humanos que conozco desde hace años. Me cuenta cómo vive fuera de México desde hace meses después de ser amenazado de muerte. Esa es la realidad de la juventud mexicana actualmente, entre la protesta, la represión, la desaparición o el exilio.  Todo esto tan solo unos días después de que el gobierno de Jalisco ordenara retirar el monumento que denunciaba la represión del Estado en junio de 2020.

Con este panorama a cuestas, yo como los estudiantes universitarios indignados, las familias de los desaparecidos o los vecinos del parque san rafael, soy de los que me resisto a rendirme a pesar de todas las dificultades. Porque exigir la búsqueda en vida, defender los parques públicos y la educación es sinónimo de defender la paz. Porque sin memoria no hay futuro y sin libertad no hay democracia.

@juanyvespalomar