“La decisión está tomada” ¿El Instituto para las elites o para la ciudad?

 

Hace ya varias semanas que se anuncio la “ineludible” (para algunos) mudanza del Instituto de Ciencias de Guadalajara, de sus tradicionales edificios entre las avenidas Ávila Camacho, Patria y Américas hacia la zona poniente de la ciudad pasando el periférico sobre la carretera a Nogales, cerca del Bosque de La Primavera. Todo esto con el fin de tener 15 hectáreas para desarrollar un “campus” nuevo, siguiendo el ejemplo del Instituto Lux de León, Guanajuato.

Mucho se ha dicho ya sobre el tema, múltiples artículos han circulado en prensa escrita sobre la mudanza, decenas de comentarios, varias columnas y videos en medios digitales, así como cantidad de pláticas cotidianas en las que se ha reflexionado al respecto. Se habla mucho de la mudanza en Guadalajara no solo porque sea El Ciencias un lugar en donde algunos, varios privilegiados (otros no tanto), estudian (o estudiamos) sino porque esta impactaría a toda la ciudad ya sea de manera directa o indirecta. Y esto a mi modo de ver tendrá consecuencias perjudiciales no solo para la polis sino para la región entera.

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No pretendo ser neutral, ni objetivo: todo planteamiento (incluida una mudanza) o discurso afirma convicciones y valores detrás. Yo me gradué del Ciencias en el verano del 2010 y por lo tanto mi postura toma piso desde mis conocimientos, mi escasa experiencia y mi siempre perfectible manera de entender a la ciudad. Hoy estudio la licenciatura en Ciencias Políticas en el ITESO y pese a que he crecido mis últimos 8 años de academia en espacios jesuitas, estoy lejos de aplaudir en automático todo lo que hacen.

A nivel nuclear: El “quid” del diagnostico que ha llevado a los responsables del colegio a esta “decisión tomada” sostiene que “es imposible pensar en reconstruir el colegio en el terreno actual sin tener que dejar de dar clases por uno o dos años” resulta peculiar esta afirmación categórica cuando se contrasta con las intervenciones de carácter prospectivo que se han hecho en otras escuelas como el American School de la ciudad de México o inclusive el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente. (ITESO) en Tlaquepaque tutelado por la misma compañía de Jesús. No olvidemos que el Instituto tiene más de 50 años en su actual sede ¿Será que la saturación de espacios cayó del cielo o es una cuestión climatológica? ¿No pudieron o no quisieron las diferentes rectorías (y la Compañía misma) entrarle a la compra y crecimiento del colegio cuando los terrenos aledaños eran aun maizales, lotes baldíos o edificios desocupados?

A nivel ciudad la paradoja se hace aun más grande: trasladar el Instituto hacia afuera del periférico no solo va en contra de las tendencias urbanísticas actuales que hacen eco por compactar la ciudad para aprovechar de manera más eficiente la infraestructura ya instalada sino que hace caso omiso al diagnostico mismo de la publicidad con la que el ITESO irónicamente presenta su maestría en Ciudad y Espacio Publico Sustentable. Ni que decir del sinsentido de abandonar un nodo urbano con una próxima estación de tren ligero (sede actual) y los impactos negativos en tráfico, contaminación y demás que se generaría para el Bosque de La Primavera y toda la metrópoli, mismos que ya han sido ampliamente expuestos en otros textos. (Y que los encargados del IdeC siguen negando: ver   http://bit.ly/1Nc0vPL)

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Por otro lado me gustaría mencionar (casi aclarar) que me alegro por la educación que he recibido mas no lo hago por el hecho de que el 3 constitucional sea letra muerta para una gran parte de los jóvenes de México y tampoco aplaudo por los miles de pesos que mi madre y mi padre han pagado en cuantiosas colegiaturas para que yo pueda obtener una educación de calidad.

Lamentablemente pese a los supuestos teóricos sobre el no-lucro de las Asociaciones Civiles como la encargada del Instituto de Ciencias no hace falta ser muy listo para percibir que los beneficios privados de una posible mudanza no son a través de burdos retiros en especie de las arcas de una escuela sino a través de la obtención de información para el desarrollo de fraccionamientos de vivienda, locales comerciales y demás negocios particulares en la zona que se abandonaría (Ciencias actual) y en la zona de llegada (Carretera a Nogales). De lo contrario habría que taparse los ojos frente al negocio millonario que ha hecho Grupo San Carlos con el fraccionamiento de cotos privados “Parques del Bosque” en las colindancias del ITESO en Tlaquepaque o la enorme “casualidad” de que la misma constructora ha desarrollado recientemente el fraccionamiento “Bosques Vallarta” en las cercanías de lo que sería la nueva sede del Instituto de Ciencias en Zapopan. Así también habría que negar los vínculos existentes entre los miembros de ITESO A.C, el IdeC y el mencionado consorcio. ¿Quién o quienes participan tanto en ITESO A.C, como en Grupo San Carlos? Ya nada más nos quedaría unir los cabos. Se hace entonces grande la duda ¿La beneficiada será la comunidad educativa o unos cuantos propietarios de bienes raíces?

En todo amar y servir.

@JuanYvesPalomar

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