El 20 de Enero será la toma de posesión de la nueva administración. Pase lo que pase en las protestas de estos días, quienes consideramos la democracia como la mejor forma de gobierno que hemos podido construir en nuestras sociedades esperamos que la nueva transición de poder en la primera potencia militar del mundo llegue a buen puerto de forma pacífica como ha sucedido desde hace más de un siglo. Se va Trump después de un solo mandato marcado por el coronavirus y la crisis económica pero.. ¿Qué queda de su narrativa de odio y sus políticas ostracistas?
Después de una elección en donde la participación ciudadana incrementó y en la cual los resultados dieron como ganadora a la candidatura demócrata llevándose la victoria por más de 7 millones de votos, las noticias internacionales provenientes de Estados Unidos dan muestra de la movilización de parte de los sectores más conservadores de los seguidores del aún presidente Donald Trump quien intentó entorpecer la certificación del nuevo presidente.
Lo sucedido en el capitolio es un episodio más de una administración marcada por el discurso de odio con elementos claramente racistas y discriminatorios. Los ejemplos para demostrar esta tendencia existen de sobra desde el inicio de la primera campaña presidencial del magnate neoyorquino cuando criminalizó a las personas de latinoamérica por migrar en busca de una vida mejor. Después ya en el gobierno impulsó un inutil muro que solo sirve para exacerbar la xenofobia dilapidando millones de dólares del pueblo de Estados Unidos y en 2018 la comunidad internacional comprobó con horror como en las estaciones de control fronterizo de Estados Unidos metieron en jaulas a niños migrantes separándolos de forma inhumana de sus familias.
La construcción del enemigo imaginario o de un chivo expiatorio para hacerlo responsable de los problemas de su gobierno ha sido una conducta permanente del presidente saliente, a tal punto que este rol le ha sido asignado tanto a niños en busca de un futuro cruzando fronteras hasta los representantes del colegio electoral que deciden hacer caso de los resultados comprobables y consultables, como en el caso de la elección en Georgia. Hoy los más reacios defensores de Trump han llegado al sinsentido de enunciar como enemigos públicos incluso hasta al propio vicepresidente Mike Pence llamando a atentar contra su vida por dar paso a lo que consideran un fraude electoral.
Es una cuestión a resaltar como ante el asalto al capitolio, la violencia y las muertes que produjo los personajes afines a Donald Trump dieron rienda suelta a la acusación de censura digital por el bloqueo de las cuentas de Trump dejando terrorificamente de lado el hecho de que la convocatoria de Trump para “Salvar America” derivó en la muerte de cinco personas en los enfrentamientos dentro del perímetro del edificio legislativo. Incluso el ex gobernador republicano Arnold Schwarzennegger ha condenado los actos de los denominados “proud boys” comparándolos con los simpatizantes de los Nazis en 1938 que protagonizaron ataques en Austria, de donde el actor y político es originario.
De acuerdo al New York Times después de que congresistas de estados Unidos llamaron a Mike Pence a aplicar la enmienda número 25 para destituir a Donald Trump pero fueron bloqueados por la fracción republicana, la cámara de representantes presidida por los demócratas buscará introducir un artículo que condene las acciones llevadas a cabo por el presidente por considerar que estas incitan a la insurrección y a la violencia en contra del gobierno de los Estados Unidos. A su vez, El País titula en su sección de noticias internacionales que el FBI y el Pentágono alertan de nuevas revueltas en los próximos días mientras el abogado del presidente Rudolph Guliani ha llamado a “un juicio por combate” en estos días previos a la convocatoria denominada “la marcha del millón de milicias” fijada para el dia del cambio de gobierno.
Por su parte el Papa Francisco condenó desde el vaticano a quienes actúan en contra de la democracia en Estados Unidos y en la misma sintonía la orden Jesuita en Estados Unidos también demandó el juicio político en contra del mandatario republicano aconsejando la inhabilitación de Donald Trump de cualquier cargo público que pudiera tener en el futuro por hacer un llamado a la violencia. Mientras tanto en México un gobierno que se presume de izquierda se abstuvo de opinar de la violencia desatada por la ultraderecha en la capital del país vecino.
En este contexto de tensión Estados Unidos se dirige hacia el nuevo gobierno de Joe Biden que tiene grandes retos por enfrentar . Primero lograr la transición pacífica del gobierno, e inmediatamente después encarar tanto la crisis económica como la aplicación de un desafiante programa de vacunación ante la mayor pandemia del siglo XXI. Así amanece el año para la primera potencia mundial. Además de la crisis económica y sanitaria ahora se agrega la crisis política en caso de agudizarse los conflictos post electorales como amenazan los seguidores más férreos de Trump como los Proud Boys y los denominados Qanon.
¿Habrá alguna respuesta pacífica de parte de la sociedad para arropar al nuevo gobierno? Muchas cosas están por verse en este 2021.
Habitus 