La ciudad de Guadalajara fue fundada en el valle intermedio entre la caldera del volcán del Bosque de la Primavera y la barranca donde corre el Río Santiago. Originalmente a estos dos puntos geográficos los conectaba un complejo entramado de cuerpos de agua entre los cuales se encontraban ríos, arroyos y manantiales que por gravedad y por la forma de las microcuencas iban irrigando diferentes zonas de lo que hoy es la Zona Metropolitana de Guadalajara.
En este contexto específico surgen varias preguntas detonadoras para el diagnóstico de la problemática en materia de agua en Jalisco. ¿Es el Valle de Atemajac una región sin agua? Evidentemente no. Como menciona Violeta Melendez en un artículo reciente el Bosque de la Primavera registra anualmente un promedio de captación de agua de 240 mil millones de litros. Toda esa agua alimenta los pozos que dan acceso al agua a miles de personas en la ciudad y es con esa agua y la de los ríos de San Juan y Atemajac con la cual inició la primera urbanización de la capital de Jalisco.
¿Es culpa del tamaño del último temporal de lluvias que la gente tenga que comprar pipas a sobreprecio para obtener agua? Queda claro que se trata de una omisión del gobierno para cumplir sus obligaciones. ¿De qué manera se puede desligar de su responsabilidad a los funcionarios públicos de los últimos gobiernos cuando queda en evidencia que la última obra que realmente ha aportado al abastecimiento de la ciudad se construyó hace 29 años?
Conforme la ciudad creció, se decidió enterrar los cauces superficiales y se construyó el sistema de abastecimiento desde el lago de Chapala, posteriormente siguió una serie de proyectos hídricos como Arcediano y El Zapotillo que han resultado un fracaso en términos de políticas públicas, mientras tanto el sistema de tuberías controlado por el SIAPA y el gobierno continuó deteriorándose por falta de presupuesto y una grave ausencia de mantenimiento administrativo. A tal grado que hoy en día más del 30% por ciento del agua que circula por el sistema de la ciudad termina tirada y contaminada debido a las fugas existentes.
¿La escasez es un fenómeno meteorológico? Definitivamente no. La escasez que hoy vivimos es causada por una crisis de gestión. La inexistencia de un sistema de captación de agua metropolitano es una prueba más de ello. En el caso de Guadalajara podemos constatar como cada año cientos de zonas se inundan y al mismo tiempo decenas de barrios no tienen acceso al sistema de servicio público. ¿Cómo es posible esto? solo se explica a traves de la administración desigual de los recursos, responsabilidad de esos gobiernos que han estado al frente en las últimas tres décadas.
Mientras desde el gobierno de Jalisco tratan de echarle la culpa a la lucha de Temacapulin, de nuevo, por la parálisis de los proyectos oficiales, uno se pregunta ¿No seria mejor si decidimos recuperar cuerpos de agua como el Río San Juan y el Río Atemajac sumados a manantiales, un gran sistema de pequeñas represas intraurbano y la creación de una amplia red de pozos de absorción para aumentar la capacidad de recarga de los acuíferos? No hay justificación humana para la inundación de tres pueblos a cambio de realizar un negocio privado que no garantiza que la gente que realmente lo necesita acceda al agua.
¿Por qué Alfaro sigue insistiendo al presidente Lopez Obrador en continuar con un proyecto, al cual antes ambos se opusieron? ¿Por que prefieren seguir impulsando la Presa El Zapotillo mientras la red interna del SIAPA sigue tirando el equivalente a dos presas Elias Gonzalez Chavez? ¿Cuando se invertirán los 5 mil millones de pesos necesarios para reparar las fugas de la red de distribución que solicitó el director desde 2019? Hay preguntas fundamentales que resuenan tanto que el gobierno prefiere ignorar.
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