Grandes pensadores opinan que la historia está compuesta por la unión y concatenación de los movimientos sociales. Aquellos son pues, los entes esenciales generadores del cambio (lo que sea que quiera decir esa contradicción) donde los actores sociales se unen para impulsar modificaciones en el orden jurídico, ético y económico. Por lo tanto influyen en la forma de vida de todas las personas.
Hace algunos días escuche en una compañera de la ciudad de México mencionar que el movimiento es una pregunta abierta, y si, así es. El movimiento no representa una postura ideológica, ni una causa injustificada. Más allá de las banderas, el movimiento es una invitación al debate, una invitación al encuentro, a cuestionarnos a nosotros mismos, a conocernos a través de la curiosidad de, precisamente, las preguntas. Porque eso hicimos cuando en la IBERO los estudiantes le exigimos a Peña nieto que rindiera cuentas y asumiera lo sucedido en Atenco. Porque eso hicimos al convocar al primer debate ciudadano. Porque eso hicimos al marchar con alegre rebeldía para cuestionar el rumbo de nuestro país.
El futuro de la historia es una pregunta abierta porque aun no es historia, nadie lo sabe, por lo tanto ¿cómo se puede hablar de fracaso? ¿Quién nos ha juzgado? ¿Qué evaluación hemos reprobado? La historia no se determina en voz de quien la vive, se encarna en quien la vive pero se interpreta por quien la recuerda y la valora, por quien la nombra porque ya ha pasado. Hoy aunque no lo parezca estamos pasando a ser parte de la historia, en algún momento lo seremos, de nosotros dependerá el cómo seamos mencionados en dicho recuento, y aunque a algunos no les guste siempre será así.
Hoy a años de distancia los que participamos en este nuevo movimiento estudiantil nos sentimos identificados con los compañeros del 68 no por el contexto, ni porque sea el mismo partido el que hoy nos oprime, si no porque ellos al igual que nosotros se movilizaron a las calles y se organizaron por la lucha de los Derechos Humanos. Porque la libertad de expresión en el 68 como ahora el derecho a la información son pilares para lograr una democracia mas autentica.
Porque mientras haya caminos por recorrer ese movimiento que sentimos dentro seguirá, las preguntas estarán allí. los proyectos barriales estarán, la indignación y las grandes movilizaciones existirán. La lucha por el sonreír no tiene plazo, ni fin. La alegre rebeldía es la que nos mantiene aquí, el sueño y la esperanza de un rumbo consciente y participativo para paso a paso lograr una sociedad mas equitativa en donde sean considerados todos los mexicanos.
Porque el deliberar y debatir es el único seguro que tiene la pluralidad en contra del autoritarismo. Esto no acaba cuando cerramos las ventanas y nos quedamos en la casa. Las calles son nuestras, de las personas, para encontrarnos, para conocernos, para enamorarnos.
NO a la tortura de los estudiantes disidentes, NO a la hostigamiento de los pueblos originarios, NO a la criminalización de la juventud. El movimiento sigue en pie.
@JuanYvesPalomar