Genealogía y herencia; Las crisis y las utopías como referencia común.
Este texto iniciara teniendo como referencia a mi Abuelo; Jorge Oetling, nacido en Hamburgo 10 años después de la primera Guerra Mundial y la caída del Imperio Austro-Hungaro. Esto sucediendo justo en el año de la Gran depresión de 1928; después del pico de la crisis y la primera guerra mundial sus papas (mis tatarabuelos) decidieron irse a vivir a Wernigerode lejos de los problemas de las grandes ciudades.
Por otro lado como muchos otros alemanes Jorge fue contemporáneo del sufrimiento de las dos guerras mundiales y el periodo entreguerras. Para 1943 su familia fue exiliada económica del régimen alemán del cual derivo en el totalitarismo del tercer Reich comandado por Adolf Hitler.
Tras la derrota de los nacionalsocialistas vino el renacimiento de Alemania; cultural, educativo y económico: gracias a la fuerza de los antifascistas y la rendición de los Nazis junto con el reconomicimiento de los errores cometidos por Alemania durante la guerra en los Juicios de Nuremberg
En segundo lugar viene mi padre Juan Palomar nacido en 1956; quien vivió su juventud entre los años sesentas y setentas de la generación post-segunda guerra mundial. El movimiento del 68 rebotaba por las calles (no solo de México sino de varias ciudades del mundo) cuando el apenas era un niño. Al inicio de su etapa adulta tuvo lugar el colapso de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín, abriendo paso así a la hegemonía de libre mercado del capital.
Crecido durante la etapa globalizadora en donde la utopía de los Beatles y las canciones de John lennon, Janis Joplin y la guitarra de Santaana o Jimi Hendrix impusieron su ritmo ante la avanzada de los Estados Unidos como primera potencia mundial. A El como a millones de otros Latinoamericanos le toco afrontar la crisis de la deuda externa durante la década de 1980 en donde los países de la región asumieron deudas que los sometió frente al crecimiento de los países del “primer mundo”.
Por mi parte, aunque los años que hoy corren aún son escasos nací el mismo año de las explosiones de ductos de gas en Guadalajara (1992). Teniendo yo la edad de 2 años cuando estalló la crisis del 1994 y el denominado “efecto tequila” que vino a agudizar aun más la desigualdad después de las vertiginosas devaluaciones precedentes.
En ese mismo año y sin que nadie lo esperara el 1ero de Enero de 1994 surge el #EZLN y le declara la guerra al gobierno oficialista de México bajo la justificación de la insoportable inequidad. Hoy a fechas recientes (2010 – a la fecha) el movimiento por la paz, el movimiento #YoSoy132 junto con el digno #TodosSomosAyotzinapa elevo el nivel cultural de un pueblo que ha tenido que soportar el férreo gobierno del represivo PRI y la alternancia fallida del PAN.
Hoy a 2016 el reto será traducir todo esa acumulación o excedente de dignidad en una alternativa de cambio concisa, precisa y sin corrupción para poder darle al pueblo mexicano un poco de calma. Es así que les convoco a crear una nueva iniciativa popular que reivindique el México de la calle, el de todos los días, el comunitario, el sonriente y caluroso. A mover ficha (si, similar a Podemos en España) y así cerrar juntas y juntos la hoja de la “gran” noche neoliberal.
En las pasadas elecciones en 2015 sin embargo como diría John Holloway existió una ruptura, quizá generacional en la forma en la que se hace política profesional, se introdujeron las candidaturas independientes las cuales permitieron un reducto de esperanza en mucha gente que había estado apática respecto a las elecciones. La cuestión es que ahora, de cara a 2018 la atomización de candidaturas independientes podría ser enorme si no se gestara un proyecto común.
Es por eso que ahora llamo a que generemos un nuevo partido, o un partido en B que utilice las candidaturas independientes; uno que pueda articularse de manera viral, esperanzadora y siempre basada en el amor al prójimo y nunca más en la desconfianza ante el vecino.
Habitus 